Ritual con aromas que evocan sensaciones y despiertan emociones. El cacao nos da energía y fuerza que, unido al aroma de naranjo dulce, llena de luz los rincones más apagados de nuestra mente.
La textura acaramelada y aterciopelada hace que nos invada una sensación de completo relax y nuestra piel sienta como si el masaje fuera realizado por unas manos de terciopelo.
Nuestra piel agradecida aparecerá suave, hidratada y con una luminosidad resplandeciente.